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Independencia Colombia 20 de julio

Especial de Independencia
En este especial, contamos con dos partes importantes: 
En la primera, nuestro invitado, Simón Arango, un apasionado por la historia colombiana, ofrece una reflexión crítica respecto del 20 de Julio de 1810 y su celebración como el día de la independencia. En la segunda parte, destacamos la vida de cinco personajes fundamentales para esta fecha. 

“El 20 de julio no es lo que parece” por Simón Arango.
Hace pocos meses empecé “Curiologías”, una página de Instagram en la que los datos curiosos se hilan de forma narrativa para explicar asociaciones inesperadas entre conceptos o personajes que aparentemente no tienen nada que ver. Mi obsesión con los datos curiosos y la historia valió para que La Frontera me invitara a colaborar desde Curiologías en una entrega especial para celebrar los 210 años que cumplía el Grito de Independencia del 20 de julio. Me encantaba la idea de celebrar la historia y las fiestas patrias, pero había algo adentro de mí que me hacía considerar rechazar la invitación. “Yo personalmente no celebraría el 20 de julio jajajaja” leía el mensaje que envié por WhatsApp cuando me contactó La Frontera. Afortunadamente el mensaje fue bien recibido ya que compartíamos varios puntos de vista sobre este suceso histórico y consideramos que valía la pena compartir mi opinión crítica. ¿Pero por qué yo no celebro el heroico grito de independencia? Pues por el simple hecho de que, al igual que un salchichón sospechosamente barato, el 20 de julio no es lo que aparenta ser. 
Cuando llega esta fecha, la gente ondea orgullosa nuestra bandera tricolor (que nada que ver) y comparte frases de Simón Bolívar (que tampoco tuvo nada que ver) para celebrar lo que se entiende como un acto de valentía, rebelión y libertad cometido por una nación entera que se había cansado de la opresión, la injusticia y los tiranos. Nada puede estar más alejado de la realidad. 
Primero, un poco de contexto revela la verdadera naturaleza del suceso. El Acta de Independencia del 20 de julio se firma en 1810, dos años después de que en España estallara una guerra de independencia contra los invasores napoleónicos que duraría hasta 1814. Toda la península ibérica estaba sumida en caos, Fernando VII (legítimo rey de España) estaba apresado por los franceses y José Bonaparte (hermano de Napoleón) había sido coronado rey de España y sus colonias. Durante la guerra, varias Juntas españolas habían asumido la autonomía de gobernar y pelear contra los franceses independientemente a lo que ordenara la Junta Suprema Central en Aranjuez, que intentaba actuar como el poder ejecutivo y legislativo en ausencia del rey Fernando. Los criollos neogranadinos (después de dos años de ver a su metrópoli sumida en guerra y caos) decidieron seguir la corriente de muchos dominios españoles (peninsulares y de ultramar) y declarar que gobernarían el territorio de manera independiente dada la situación en la que estaba el reino. Estos son dos fragmentos del Acta de Independencia del 20 de julio de 1810 que ilustran el espíritu del documento: “la Nueva Granada, que protesta no abdicar los derechos imprescindibles de la soberanía del pueblo a otra persona que la de su augusto y desgraciado Monarca don Fernando VII, siempre que venga a reinar entre nosotros, quedando por ahora sujeto este nuevo Gobierno a la Superior Junta de Regencia, ínterin exista en la Península” y mi favorito “Juramos por el Dios que existe en el Cielo… cumplir religiosamente la Constitución y la voluntad del pueblo expresada en esta acta, acerca de la forma del Gobierno provisional que ha instalado; derramar hasta la última gota de nuestra sangre por defender nuestra sagrada religión C. A. R. nuestro amado Monarca Don Fernando VII y la libertad de la Patria; conservar la libertad e independencia de este Reino en los términos acordados…”. Creo que queda claro que los criollos estaban dando solamente un tímido golpe burocrático en que instalan un gobierno provisional (sustituyendo al virrey) dado que España está desbaratada, reconociendo su lealtad al rey (que estaba preso) y diciendo que conservaran la libertad e independencia del Reino (España incluida) que había sido arrebatada por los franceses. Esta acta de Independencia está lejos de ser el grito revolucionario que se celebra hoy en día. 
Segundo, esta acta trajo muchas cosas malas y no por nada es que el período posterior se llama “La Patria Boba”. Varios de los firmantes de esta acta se dejaron llevar por sus ambiciones y colisionaron entre sí para ver de qué manera se debía gobernar el territorio. Los criollos se dividieron entre centralistas y federalistas y arrastraron a la nación entera a una ridícula y sangrienta guerra civil que marcó una tendencia en Colombia: la de enfrentarnos en conflicto interno incitados por una élite dividida en dos ideologías opuestas. El caos y el desastre causados por los enfrentamientos entre próceres hizo inminente e inevitable la llegada de Pablo Morillo, cuya misión era restablecer el orden en unas tierras que le habían mostrado a España de manera contundente que no habían estado listas para gobernase solas.
Por último, esta Acta de Independencia firmada en Bogotá (por bogotanos) no fue para nada vinculante con del país. Las otras regiones no se sentían representadas por lo que habían decidido los criollos de Bogotá y sus Juntas regionales redactaron sus propias actas de independencia (muchas de ellas más rebeldes y contundentes que la de Bogotá). En 1810 se firmó también el Acta de la Constitución del Estado Libre e Independiente del Socorro (15 de agosto) y en noviembre de 1811 aunque se firmó un Acta de Federación de las Provincias Unidas de la Nueva Granada que vinculaba a todas las provincias a desconocer la regencia de España, la Provincia de Tunja se declaró una república totalmente independiente a España y la Federación un mes después. 
Sin duda el 20 de julio marcó un precedente importante en nuestra historia como país, y fue un catalizador de lo que vendría en unos años, pero celebrarlo como el día de nuestra independencia es comparable a celebrar mi cumpleaños en la fecha de la primera cita de mis papás. En últimas este festivo nos muestra lo poco que sabemos de historia y lo fácil que es manosear y distorsionar la memoria colectiva con el paso del tiempo para construir una narrativa deseada. Puede que el 20 de julio no sea lo que parece, ni tampoco sea la mejor fecha para celebrar la independencia, pero a la larga creo que cualquier día que nos una como país, nos haga mirar nuestra historia y nos de una excusa para tomarnos un trago orgullosos de ser colombianos es, como mínimo, un buen día. Ahora me doy cuenta de que no fui preciso al decir “Yo personalmente no celebraría el 20 de julio ”, porque si bien celebrar al 20 de julio como “el grito revolucionario de independencia” es una estupidez… no celebrar nada sería un poco más estúpido. ¡Feliz 20 de julio! 

Los personajes del 20 de julio de 1810
  • Camilo Torres Tenorio
Nacido en Popayán en 1766 y fusilado como mártir dentro del régimen del terror del plan de Morillo en Santafé de Bogotá, en 1816. Fue un abogado, pensador y político que encabezó el movimiento de la primera independencia de la Nueva Granada, hoy Colombia, de la cual fue Presidente. Por su capacidad oratoria, pasó a la historia como El Verbo de la revolución.
Fue el más eminente de los abogados del país en su época y recibió el título de Abogado de los Reales Consejos, expedido por la Corona española. Asumió la defensa, entre otros, de Francisco Antonio Zea y Eloy Valenzuela, procesados por su presunta participación en la Revolución de los Pasquines. Su éxito como abogado lo llevó a tener clientes en ciudades por fuera del Virreinato y por esto conocido como "un coloso de la inteligencia". Torres también actuó como abogado de pobres, cargo desde el cual defendió ocasionalmente a algunas personas de escasos recursos económicos.
El primer hecho que relaciona a Camilo Torres con el ambiente político que se vivía en el Nuevo Reino de Granada tuvo un lugar tras la traducción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del francés al castellano, hecha por Antonio Nariño (Santafé, 1793). La publicación de este texto originó el cierre de la tertulia «El Arcano Sublime de la Filantropía», supuso la cárcel y el exilio para algunos granadinos y la apertura de un proceso seguido contra varios alumnos del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, entre los que se contó a Camilo Torres. Allanada su biblioteca, se encontraron gran cantidad de libros en francés que fueron llevados para que la Inquisición los analizara.
En 1809 se inmortalizó con su Memorial de Agravios, una crítica al gobierno español y a la falta de oportunidades para el acceso de los criollos nobles y adinerados a los cargos de decisión en la Nueva Granada. En este documento se destacaba su carácter de apoyo a la corona con requisitos de igualdad para criollos, más que de ser un documento en pro de la independencia de las colonias.
Orador de la Independencia.
Camilo Torres participó activamente en los hechos del 20 de julio de 1810 en Santafé de Bogotá. Planeó la conjura en el observatorio astronómico que dirigía su primo Francisco José de Caldas, formó parte de la Junta de Gobierno constituida luego de los incidentes, y le comunicó al virrey Amar y Borbón la decisión de la Junta para que pusiese a las órdenes de ésta el depósito y el parque de artillería.
Presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada de 1812 a 1816. Durante este período, conocido como la Patria Boba, se constituyó como líder de los federalistas, quienes abogaban por convertir a las Provincias Unidas en una federación, en contraposición a los centralistas, encabezados por Antonio Nariño, quienes propugnaban un sistema unitario gobernado desde Santafé.
Una de sus más famosas frases decía así: “La razón y las costumbres son en un pueblo libre lo que las cadenas y los calabozos son en un pueblo esclavo”. 

  • Francisco José De Caldas (El Sabio Caldas)
Francisco José de Caldas (1768-1816) fue un prócer de la independencia de Colombia en 1810 el cual le decían “el Sabio Caldas” por su alto nivel de conocimiento ya que fue abogado, científico, astrónomo, ingeniero militar, geógrafo, naturalista y periodista.
El sabio Caldas nació en Popayán, estudió Derecho en el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario en Bogotá y luego de graduarse en 1793 regresó a encargarse de los negocios familiares en Popayán. Entretanto, a Caldas le llamó mucho la atención el movimiento de redescubrimiento científico en América, dedicando gran parte de su tiempo en estudios de la ciencia de manera autónoma. Hasta 1801 lo que más se dedicó a hacer era refutar a los naturalistas europeos que planteaban la inferioridad de América con relación a Europa. Quizás este tipo de situaciones fue las que más lo incentivaron a ayudar con el movimiento de la Independencia.
En los primeros años del siglo XIX el Sabio emprendió unos nuevos estudios en la botánica, hecho que haría que José Celestino Mutis lo contratara para adelantar la exploración en el sur del Virreinato de plantas medicinales en la conocida “Expedición Botánica” impulsada por el anterior. Por finales de 1805, Caldas fue vinculado como astrónomo (otra de sus pasiones) de la misma Expedición y en 1806 fue nombrado por Mutis como director del Observatorio Astronómico.
Papel en la Independencia de 1810
El rol decisivo de Francisco José de Caldas en el grito de Independencia del 20 de julio  1810 fue la ayuda que tuvo con los conspiradores ya que permitió que se reunieran en el Observatorio Astronómico y que hicieran todos los planes poco conocidos hoy en día (conozcan más sobre el 20 de julio en el hecho histórico especial hecho por La Frontera). Además de esto, Caldas se encargó en publicar el minuto a minuto de todo lo que sucedió en este día.
Datos Curiosos
1.    El Sabio Caldas inventó el hipsómetro, un instrumento que puede medir la altitud sobre el nivel del mar al observar la temperatura en que empieza a hervir el agua.
2.    En 1797 Caldas habló de la posibilidad de conectar las aguas de los dos océanos rompiendo el pequeño estrecho que separa los ríos Atrato y San Juan.
Legado
Francisco José de Caldas creyó en una América auténtica y libre a través de las magnificencias que encontraba en la ciencia. Él demuestra que no importa la profesión para hacer cambios trascendentales, sus pasiones, que eran extravagantes en el momento, fue lo que le hizo darse cuenta y tomar acción frente a injusticias. En La Frontera queremos enfatizar en la importancia que tienen todas las profesiones, porque cada una es un medio para que las personas sigan sus pasiones y busquen un futura brillante para Colombia.

  • Manuela Beltrán
Manuela Beltrán, nació en el Socorro, Santander en el año de 1724; la mujer revolucionaria, pasó a la historia de Colombia a sus 57 años. Pues en 1778, llegó al reino de Nueva Granada el Visitador Regente -jefe administrativo del virrey- Juan Gutiérrez de Piñeres, quien tenía ordenes directas del rey Carlos III de reestructurar la Real Hacienda -sistema de impuestos-. Una de las medidas fiscales ordenadas era reestablecer el impuesto “Armada de Barlovento”, un gravamen sobre la venta de todo bien. Así pues, dicho impuesto afectó fuertemente a toda la población de la Nueva Granda ya que recaía sobe toda transacción. No obstante, uno de los lugares más afectados fue la zona de El Socorro, pues, además del gravamen, se les había prohibido la siembra de tabaco y ya poseían diversos problemas con la tenencia de tierras. 
Tres años después, el 16 de marzo de 1781, Manuela Beltrán, se alza en la puerta de la alcaldía de El Socorro y rompe el edicto real que ordenaba la vuelta del impuesto de Barlovento. Beltrán, apoyada por más de dos mil manifestantes, daba inicio al hito histórico de “la revolución de los comuneros”, quienes coreaban la famosa frase revolucionaria: “Viva el Rey y muera el mal gobierno”. A pesar de que poco se sabe de la suerte posterior de “manuelita”, hasta el punto de no saberse cómo y cuándo murió, el título de artífice de la revolución de los comuneros la hace esencial para la historia de la independencia de Colombia. A la revolución de los comuneros se unen personajes como José Antonio Galán, y el importante general Francisco de Miranda, quien oyó de la revolución estando en Europa. Además, el movimiento se extendió por todo el territorio de lo que hoy es Colombia y Venezuela. 
Adicionalmente, hay que decir que el movimiento que empezó Manuela Beltrán fue el primer acto revolucionario en el territorio del virreinato. El hecho de que 30 años antes del auge de las revoluciones americanas, que derivarían en la independencia, se hubiera empezado a manifestar la incomodidad hacia la corona española, nos hace pensar que sin la influencia de esta mujer y esta revolución, la independencia no hubiera sido posible. Es decir, los efectos de los esfuerzos de Simón Bolívar, Antonio Nariño, el general Santander, entre otros, hubieran sido diferentes sin Manuela Beltrán; pues esta mujer dio bases, inspiración y enseñanzas a los revolucionarios de 30 años más tarde.

  • Francisca Prieto y Ricaurte
Francisca Prieto Ricaurte, junto a su esposo Camilo Torres, fueron quienes organizaron reuniones de patriotas previo a la formación de la Junta Suprema de Santa Fe. Las reuniones que organizó junto a otras mujeres como Catalina Tejada y Andrea Ricaurte de Lozano eran con una invitación exclusiva, en las cuales se discutían temas literarios y políticos, caldeando así los ánimos independistas cada vez más entre la élite criolla de Santa Fe. Alexander von Humboldt la conoció y más adelante se refirió a ella como una persona “amable, culta e interesante”, dados sus notables conocimientos e incansable amor por la lectura. 
Se dice que cuando la virreina Francisca Villanova y Marco fue trasladada de la prisión en la que estuvo con su esposo, hacia el palacio virreinal, Francisca Prieto y Ricaurte la custodió junto con Josefa Antonia Baraya y Josefa Ballén de Guzmán para evitar que las mujeres de la plebe (que poco agrado sentían por la virreina) la agredieran e insultaran. Este suceso demostró la magnanimidad de Francisca, a pesar de estar a favor de la independencia. 
Cuando Pablo Morillo regresó en la empresa de la reconquista, desterró en 1816 a Francisca, junto a sus hijos, mientras que su esposo, Camilo Torres, era fusilado. No sólo fue desterrada, sino que todas sus pertenencias fueron confiscadas por Morillo y su ejército. 
En 1821 Simón Bolívar concedió una parte de su sueldo a Francisca Prieto, como signo de agradecimiento no sólo por su importancia en las tertulias intelectuales que se llevaban a cabo en Santa Fe, sino por el coraje y la resistencia que demostró a través de toda la campaña, pasando por el grito de independencia de 1810, el fusilamiento de su esposo, la reconquista, y finalmente, la verdadera independencia. 

José Acevedo y Gómez
José Acevedo y Gómez nació en Charalá en 1773. Fue un comerciante importante, y además de eso, hizo estudios en gramática y filosofía en el Colegio del Rosario. Aún sin haber terminado sus estudios, Acevedo y Gómez fue un autodidacta muy disciplinado. Se dice que era un gran admirador de los clásicos romanos y griegos. 
Con el tiempo, entró a la política capitalina, convirtiéndose en procurador general y un tiempo después Regidor perpetuo del Cabildo de Santa Fe. Desde 1808, más o menos, empezó a sostener con vigor la tesis de que era necesario instaurar una junta suprema de gobierno, y fue quien empezó a avivar la llama de la independencia junto con Camilo Torres, a través de las tertulas y reuniones políticas que organizaba en su casa. El virrey lo llegó a considerar como alguien peligroso para el gobierno español. 
El 20 de Julio de 1810, la gente empezó a reclamarlo como su Tribuno. José Acevedo y Gómez, con su particular talento oratorio, inspiró a los criollos a avivar la revolución. El mismo eligió a los vocales de la Junta Suprema de Gobierno, y mandó a redactar el Acta de la conformación de la Junta de Gobierno. Una de sus frases más famosas del 20 de julio decía así:
“Santafereños: Si dejais perder estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y febril, antes de doce horas seréis tratados como sediciosos; ved los grillos, los calabozos y las cadenas que os esperan”.
Tiempo después de la conformación de la Junta Suprema de Gobierno, Acevedo y Gómez sería uno de los que firmaría la Constitución política de Cundinamarca y la Declaración de independencia absoluta de la República de Tunja en 1813.
Con la llegada de Morillo en 1816, Acevedo y Gómez se vio obligado a exiliarse en las montañas de los indios andaquíes, al sur del país, donde finalmente moriría en compañía de una familia de indios cimarrones, quienes lo habían acogido y tratado de curar de la enfermedad que lo aquejaba pero que terminó por causarle la muerte en 1817. 


Colaboradores: Alejandro Manrique, Tomás Lizcano, Pablo van Cotthem.


Referencias:
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/torres_camilo.htm
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/caldas.htm
https://es.calameo.com/books/0044160201c9d30a08c0d
http://www.revistacredencial.com/credencial/historia/temas/las-mujeres-de-la-tertulia-del-buen-gusto-y-sus-amores
https://enciclopedia.banrepcultural.org/index.php/Jos%C3%A9_Acevedo_y_G%C3%B3mez_(El_Tribuno_del_Pueblo)

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