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Aborto libre, legal, seguro y feminista: una causa justa.

Por: Lusciana Restrepo

​El lunes 28 de septiembre se conmemoró el
Día por la Despenalización y la Legalización  del Aborto en América Latina y el Caribe. Sin embargo, en países como Argentina, Colombia y Ecuador, entre otros, la lucha por el aborto no ha acabado.



En Colombia, en 2006, se legalizó la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La Corte Constitucional, en sentencia C-355-06, definió tres causales. Primero, cuando la continuación del embarazo pone en riesgo la salud e integridad física o mental de la mujer. Segundo, cuando existe malformación del feto que haga inviable su vida. Tercero, cuando el embarazo sea resultado de una conducta constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo, de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas. Aun así, el aborto sigue en el artículo 122 del Código Penal Colombiano, lo cual, según Mariana Sanz de Santamaría, educadora en derechos sexuales y reproductivos en comunidades vulnerables, hace que el aborto en Colombia tenga dos connotaciones: la de delito y la de derecho, lo cual impide que este pueda ser aplicado del todo. Es decir, disminuye su eficacia como derecho.


A raíz de esto, nace el Movimiento Causa Justa, bajo la consigna “La libertad es mi causa”. Este movimiento, conformado por más de 91 organizaciones y 134 activistas, busca derogar el artículo 122 del Código Penal, pues “la penalización es una de las barreras principales para las mujeres al momento de decidir si quieren abortar”. Según un informe sobre judicializaciones del aborto en Colombia, presentado por la Fiscalía General de la Nación, el 97% de las mujeres denunciadas por aborto pertenecen a zonas rurales y un 30% de estas mujeres fueron víctimas de violencia sexual, violencia intrafamiliar o lesiones personales. 


Adicionalmente, pese a que las tres causales estipuladas permiten a la mujer abortar de una forma segura y legal, se estima que sólo  entre el 1% y el 9% de los abortos son realizados dentro del sistema sanitario, lo que indica que, en Colombia, más del 85% de los abortos realizados son clandestinos. Según Sanz de Santamaría, “los abortos clandestinos son los más frecuentes, y se llevan a cabo con lo que sea; desde ganchos, plantas medicinales, o pastillas que no son efectivas y ponen en riesgo la vida de la mujer”. Esto sucede puesto que, la mayoría de veces, estos abortos son realizados en las zonas más remotas del país, donde la desinformación mata. 


Sumado a esto, existen muchos mitos alrededor del aborto que desinforman y ponen en peligro a muchas mujeres. Por eso, vale la pena destacar grupos que se dedican a poner todos sus esfuerzos en revertir esta realidad, como Las Parceras, una línea y red feminista de acompañamientos en aborto. El propósito de este colectivo lesbofeminista es informar y apoyar a mujeres y personas en capacidad de abortar. Las Parceras cuenta con una red exclusiva para la atención de mujeres, a quienes acompañan antes, durante y después del proceso. En particular, han hecho más de 2000 acompañamientos y, entre 2018 y 2019, acompañaron a más de 650 personas. El 57% de las mujeres que acompañan están entre los 19 y 25 años y el 68% de estas se encuentra fuera de Bogotá, por lo general en zonas rurales. Para Las Parceras el aborto es una causa justa que, incluso durante la cuarentena, han conseguido seguir acompañando, así sea de manera virtual, pues aseguran que “con o sin cuarentena el aborto existe, y este nunca va a parar”, afirma Laura, una de sus integrantes. El aborto en casa se ha vuelto una nueva realidad. Desde que empezó la cuarentena, se estima que han acompañado más de 360 mujeres que posiblemente, de no haber encontrado esta red, hubieran caído en la clandestinidad.


Asimismo, durante la cuarentena han aumentado los embarazos no deseados, pues las parejas están encerradas y el encierro nada tiene que ver con la abstinencia. Dentro de los embarazos en general, el no deseado es una realidad del 50.5%, sea porque el condón se rompe o las píldoras anticonceptivas fallan, entre muchas otras cosas; sin embargo, independientemente de las causas, no podemos permitirnos avalar las maternidades forzadas. El aborto por telemedicina se ha vuelto una nueva realidad que, además, está permitida según la resolución 3100 de 2019, por lo que centros especializados en salud reproductiva como Oriéntame y Profamilia están funcionando bajo esta nueva dinámica. Este es totalmente seguro y puede llevarse a cabo en casa, siempre y cuando la mujer gestante tenga menos de 10 semanas de embarazo porque, de sobrepasarse, exige un procedimiento de forma presencial. Una vez certificado el riesgo a través de la cita médica, la mujer recibe un kit con medicamentos, los cuales están avalados por la Organización Mundial de la Salud, con las respectivas instrucciones y, también, la advertencia de que el riesgo de un procedimiento no efectivo constituye el 2% de probabilidad. Ahora, estos servicios, desafortunadamente, no son gratuitos. Es un hecho que no todas las mujeres pueden costear este tipo de medicamentos. Por esto, y mucho más, la lucha sigue, porque “el aborto no debería ser un privilegio de clase”.


Un pensamiento común al hablar del aborto es que este representa un trauma psicológico para la mujer. Según Las Parceras hay que desafiar la idea de que el aborto es traumático, pues ciertamente lo es cuando se da en condiciones de violencia y desinformación, cuando se tilda a la mujer de asesina e irresponsable. En realidad, “el trauma es estar en embarazo cuando no se quiere.” “Que las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos, que no seamos estigmatizadas por nuestras decisiones, que podamos tener un proyecto de vida y queramos seguirlo, que no seamos condenadas a ser madres cuando no lo deseamos, que podamos decidir nuestro futuro y que nuestro contexto no lo decida por nosotras, y que nadie nazca sin ser deseado es una causa justa”,  dice Sanz de Santamaría. 


El aborto no debería ser un crimen, sino un derecho. Por eso, en caso de estar en una situación de embarazo no deseado existen líneas de apoyo, entre estas Las Parceras, las cuales tienen un horario de atención de 5:00 pm a 10:00pm todos los días, a través del número 3187505775 o, también, líneas de atención a la mujer a través del número 01800182182. “Un aborto seguro es un aborto feminista”.
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