Coronavirus: Impacto Global En Materia Económica
Por: Moises Orraiz
En primer lugar, tenemos que distinguir entre un accidente y una crisis. Un accidente es algo que ocurre de vez en cuando y de algún modo estamos preparados para ello, incluso aunque sea una tragedia como un accidente de avión. Una crisis es diferente porque no sabemos en realidad que está sucediendo y no sabemos qué va a pasar, no estamos seguros de cómo actuar y apenas tenemos una hoja de ruta que nos guíe en esta situación. El reto es cómo mantener a nuestra gente a salvo con escasa información y cómo hacerlo sin parar el mundo.
Tenemos claro que la respuesta para mantener a las personas a salvo es enviar a todo el mundo a casa, pero si todos los empresarios lo hacen provocaremos una catástrofe económica que podría ser mucho peor que el virus en sí. Este es el problema al que nos estamos enfrentando en el mundo. Como se ha ido propagando el virus a nivel mundial, estamos a nada de enfrentar una recesión global.
Se ha calculado que la disminución del PIB mundial es del 2.5-2.6% para este año, lo cual es una reducción sustancial. Pero puede tener un impacto aún mayor en la economía mundial, pues se esperaba que China tuviera un crecimiento del 6% y, por tanto, suponiendo que el coronavirus implique una bajada del 2-3% en su PIB del primer trimestre, con un efecto en forma de V que permita a China seguir creciendo después a un ritmo del 6% anual, eso implicaría una reducción de la previsión de crecimiento de un casi 4-5%.
En realidad, si baja un 2% en el primer trimestre y crece a un ritmo del 6% anual en los próximos tres trimestres, el PIB de china crecerá este año solo 1%.
Dos cosas se desprenden después de esto, la primera es que debemos ser muy cuidadosos con las políticas que se adoptan. Por ejemplo, la Fed (Reserva Federal de los Estados Unidos) ha estado inyectando dinero al sistema. Sin embargo, si existe un shock de aprovisionamiento, si existe un problema con la cadena, se puede inyectar todo el dinero del mundo pero no tendrá ningún efecto, el verdadero problema no se solucionará.
En segundo lugar, sea cual sea el comportamiento del virus, este va a tener un impacto de largo plazo y este virus está dejando muy claro que depender de China es muy arriesgado. Pase lo que pase, en el futuro veremos la expansión de la cadena de valor, eso podría implicar una reducción de la tasa de crecimiento mundial porque obviamente se ha perdido eficiencia.
La guerra comercial y el coronavirus podrían desencadenar un proceso de desglobalización, esta no ha sido la tendencia desde los años setenta, pues prácticamente desde esa época hemos visto una tendencia hacia la globalización y un mejor uso de los recursos del mundo. Por tanto, si vamos a una de globalización, la tasa de crecimiento del mundo de largo plazo tenderá a reducirse, y esto es algo que debemos tener en cuenta para el futuro.
En conclusión, en el futuro las organizaciones deben evaluar la posibilidad de no tener una producción centralizada en China con respecto a la dependencia que se genera con dicho país, con la finalidad de no permitir que el mundo se paralice como está sucediendo actualmente, además, se sugiere educarse a nivel empresarial en acatar las normas de prevención de las situaciones adversas, existen empresas que tuvieron la oportunidad de tener una visión sobre el tema operacional, no solo tenían sus fábricas de producción en China, sino también cuentan con una sucursal en otro país, a raíz de este panorama continuaron trabajando y comercializando su producto sin desabastecer o romper su cadena de producción. Se podría decir que son un buen ejemplo a seguir en pro del éxito.
En primer lugar, tenemos que distinguir entre un accidente y una crisis. Un accidente es algo que ocurre de vez en cuando y de algún modo estamos preparados para ello, incluso aunque sea una tragedia como un accidente de avión. Una crisis es diferente porque no sabemos en realidad que está sucediendo y no sabemos qué va a pasar, no estamos seguros de cómo actuar y apenas tenemos una hoja de ruta que nos guíe en esta situación. El reto es cómo mantener a nuestra gente a salvo con escasa información y cómo hacerlo sin parar el mundo.
Tenemos claro que la respuesta para mantener a las personas a salvo es enviar a todo el mundo a casa, pero si todos los empresarios lo hacen provocaremos una catástrofe económica que podría ser mucho peor que el virus en sí. Este es el problema al que nos estamos enfrentando en el mundo. Como se ha ido propagando el virus a nivel mundial, estamos a nada de enfrentar una recesión global.
Se ha calculado que la disminución del PIB mundial es del 2.5-2.6% para este año, lo cual es una reducción sustancial. Pero puede tener un impacto aún mayor en la economía mundial, pues se esperaba que China tuviera un crecimiento del 6% y, por tanto, suponiendo que el coronavirus implique una bajada del 2-3% en su PIB del primer trimestre, con un efecto en forma de V que permita a China seguir creciendo después a un ritmo del 6% anual, eso implicaría una reducción de la previsión de crecimiento de un casi 4-5%.
En realidad, si baja un 2% en el primer trimestre y crece a un ritmo del 6% anual en los próximos tres trimestres, el PIB de china crecerá este año solo 1%.
Dos cosas se desprenden después de esto, la primera es que debemos ser muy cuidadosos con las políticas que se adoptan. Por ejemplo, la Fed (Reserva Federal de los Estados Unidos) ha estado inyectando dinero al sistema. Sin embargo, si existe un shock de aprovisionamiento, si existe un problema con la cadena, se puede inyectar todo el dinero del mundo pero no tendrá ningún efecto, el verdadero problema no se solucionará.
En segundo lugar, sea cual sea el comportamiento del virus, este va a tener un impacto de largo plazo y este virus está dejando muy claro que depender de China es muy arriesgado. Pase lo que pase, en el futuro veremos la expansión de la cadena de valor, eso podría implicar una reducción de la tasa de crecimiento mundial porque obviamente se ha perdido eficiencia.
La guerra comercial y el coronavirus podrían desencadenar un proceso de desglobalización, esta no ha sido la tendencia desde los años setenta, pues prácticamente desde esa época hemos visto una tendencia hacia la globalización y un mejor uso de los recursos del mundo. Por tanto, si vamos a una de globalización, la tasa de crecimiento del mundo de largo plazo tenderá a reducirse, y esto es algo que debemos tener en cuenta para el futuro.
En conclusión, en el futuro las organizaciones deben evaluar la posibilidad de no tener una producción centralizada en China con respecto a la dependencia que se genera con dicho país, con la finalidad de no permitir que el mundo se paralice como está sucediendo actualmente, además, se sugiere educarse a nivel empresarial en acatar las normas de prevención de las situaciones adversas, existen empresas que tuvieron la oportunidad de tener una visión sobre el tema operacional, no solo tenían sus fábricas de producción en China, sino también cuentan con una sucursal en otro país, a raíz de este panorama continuaron trabajando y comercializando su producto sin desabastecer o romper su cadena de producción. Se podría decir que son un buen ejemplo a seguir en pro del éxito.