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Economía para la vida

Por: Nicolás Herrera

El coronavirus, Covid-19, logró hacer algo impensable: paralizar un mundo que hace mucho no dejaba de moverse, para que pudiera darse un pequeño respiro. No es de obviar que las naciones alrededor del mundo enfrentan un miedo común, por lo que tendrán que luchar juntas para no sólo sobrellevar sino superar esta situación como un equipo, así como los problemas que vienen por delante. Por eso, no me parece apresurado afirmar que este enemigo invisible —el covid-19—  puede llegar a unirnos y que, claramente, va a cambiar la forma en la que se mueve el mundo.


“La salud es la vida, pero en la economía están los medios de vida”. Me gustaría continuar con esta frase porque es la que más me ha hecho reflexionar en este confinamiento obligatorio sobre el poder de la pandemia y los problemas que nos puede dejar, incluso después de haberla superado. Por eso creo que a muchos, por no decir la mayoría, también les preocupa la economía y su importancia, pues por esta el mundo se mueve y se mantiene. Es claro que estamos viviendo una coyuntura que exige decidir entre dar primacía a la salud o a una reactivación de la economía para evitar una posible depresión (aún mayor a la que ya se aproxima) que termine dejando a una gran parte de la población desempleada, sin manera de sostenerse. Hay que empezar a evaluar y asumir las proyecciones económicas para este año, pues no es un secreto que van a ser negativas, como las del Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual pronostica crecimiento mundial negativo del 3% y, en particular, sobre la economía colombiana, que caerá en un 2,5%.  


Esto puede dejarnos varios resultados; el más probable, dada la desigualdad social en Colombia, es el despido masivo a empleados y la quiebra de varias empresas que estaban apenas creciendo y no resistieron la crisis y puede dejar a más del 20% de la población económicamente activa sin trabajo. Como consecuencia, podría haber lugar a revueltas sociales pues, como es obvio, la pobreza aumentaría estrepitosamente y con pocas posibilidades de recuperarse. En este punto dejaría de ser el Covid-19 nuestro mayor problema y aparecería una nueva enfermedad: el hambre, la pobreza y la violencia, que pueden llegar a ser, incluso, más difíciles de superar.


Por eso, proponer una solución a esta situación es bastante complejo. Por ahora, para evitar que este problema pase a la enfermedad nombrada anteriormente, se tiene que dar una apertura de ciertos sectores importantes para la economía y el avance de la sociedad. También, hay que buscar la forma de brindar apoyos económicos, respaldados por el Estado, a las empresas que apenas surgían a competir, que están en etapa de crecimiento y son parte de los sectores que más empleo generan en nuestro país. Si esto no se da, es muy complicado salir de esta situación sin mayores rasguños. Por lo tanto, debemos apoyar la reactivación de la económica parcial de una forma responsable, sin olvidar las indicaciones de los ministerios de salud y de trabajo. 
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