LA FRONTERA
  • Inicio
  • Secciones
    • Columnas de opinión
    • Hechos históricos
    • Biografías
    • Encontrando la Frontera
  • ¿Quiénes somos?
  • Contacto
  • Inicio
  • Secciones
    • Columnas de opinión
    • Hechos históricos
    • Biografías
    • Encontrando la Frontera
  • ¿Quiénes somos?
  • Contacto
Search by typing & pressing enter

YOUR CART

Imagen

Elogio a la resistencia

Por: Mariana Crane Ruge

Todos los días de los últimos seis meses me he despertado, he prendido mi celular, y he abierto Twitter. Y, sin falta, me han bombardeado malas noticias: masacres, casos de abuso policial, aumentos en la contaminación, asesinatos de mujeres, personas trans y personas afrodescendientes, cagadas (disculparán mi francés) de Duque y Martha Lucía, por no hablar de las muertes por coronavirus. Definitivamente, vivimos tiempos difíciles. El sentimiento de que el mundo va de mal en peor me supera. La idea de que todo pasado fue mejor merodea por mis pensamientos. Entonces, me auto-receto un détox de redes sociales y me remito a la literatura. Hoy, específicamente, me acordé de un ensayo que escribí en el 2018, cuando todavía estaba en el colegio. Las ideas de ese ensayo, reformuladas y actualizadas, son lo que quiero discutir en esta columna. 


Dos maravillosas obras filosóficas, La resistencia, de Ernesto Sábato, y Elogio a la dificultad, de Estanislao Zuleta, son la base de esta reflexión. La primera, un ensayo filosófico de la corriente existencialista que trata sobre el mundo moderno, globalizado y masificado, y cómo la sociedad debe crear una resistencia para no perder su humanidad. La segunda, un discurso leído en el año 1980, celebra las situaciones difíciles, y muestra el vacío que deja lo fácil. Con base en estos textos se puede afirmar que, si bien la idea de que todo tiempo pasado fue mejor efectivamente sirve de guía para las acciones humanas en busca de un progreso social, la afirmación de todo tiempo pasado fue mejor es falsa, pues el pasado no debe ser idealizado.

Por un lado, desde el punto de vista de Sábato, los valores de tiempos pasados son características humanas que no se deben perder, y que son necesarias para el progreso social. Pero la idealización del pasado se puede ver claramente en su escritura, y genera dos resultados: uno, la pérdida de la esperanza, que hace que las personas dejan de encontrar sentido en el seguir construyendo humanidad, y se estanquen; y dos, la nostalgia que sienten algunos hacia esta utopía del pasado, lo cual puede convertirse en una guía para trabajar con valores por un mundo mejor. “Antes los años corrían con mayor lentitud y todo parecía posible, en un tiempo que se extendía ante él como un camino abierto hacia el horizonte. Pero ahora los años corrían con creciente rapidez hacia el ocaso…” (Sábato, 2011, p. 95). Sábato compara a los años con una persona que corre, lo que caracteriza al tiempo como algo que tiene voluntad propia, y puede decidir a qué velocidad correr. Se puede ver el empeoramiento del mundo con el tiempo, lo cual insinúa que no solo todo tiempo pasado fue mejor, sino que todo tiempo futuro será peor. Sin embargo, ¿qué mejor tiempo que aquel en el que, habiendo aprendido de errores del pasado, se puede recoger todo lo bueno para seguir creciendo? Todo tiempo pasado NO fue mejor, pero tener en cuenta las fortalezas del pasado es importante para crear modernidad y progreso sin caer en la deshumanización progresiva del desarrollo. 

Por otro lado, la posición de Zuleta es más enfocada hacia el futuro, puesto que él habla con desprecio de las utopías y los paraísos, y elogia a las situaciones que generan crecimiento y cambio, que muchas veces son, efectivamente, difíciles. “…comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas […]. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y por tanto también sin carencias y sin deseo…” (Zuleta, p. 13). Así, se pueden ver todos los peros de las utopías fáciles, los que le dan valor a la difícil y retadora realidad que es la vida. ¿Acaso esta imagen que pinta Zuleta no se parece al pasado lento, pasivo y “utópico” de Sábato? Querer simplemente volver al pasado es una solución fácil y barata a los problemas de hoy, y, aunque los valores de antaño pueden ser útiles, la idealización del pasado es una noción equivocada y dañina, que no permite la evolución necesaria e inherente del mundo con el tiempo. 

En conclusión, mi yo de hace dos años, inspirada por Sábato y Zuleta, tiene una respuesta bastante contundente a la desesperanza que siento ante el mundo hoy. Estamos atravesando una etapa difícil de la humanidad, sí, muy lejana a las utopías de Zuleta y no tanto del pasado que Sábato recuerda con lentes color de rosa, pero que en realidad fue violento, coyuntural y, sencillamente, difícil. Sin embargo, hoy somos más (creo) los que sabemos que no hay mucho que envidiarle al pasado, y que, aunque sea desde Twitter, estamos pensándonos y organizándonos para hacer una diferencia. No es fácil mantener la esperanza, pero es necesario. 
Inicio
secciones
¿Quiénes somos?
Contacto