LA FRONTERA
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Nosotros, los irresponsables

Por: Gabriel Morales Duque

Tengo 17 años, así que escribo esta columna con conocimiento de causa. En este momento de la vida, mis amigos y yo tenemos las prioridades de cualquier joven a punto de entrar a la universidad; estamos pensando en la “rumba” y, en general, somos una generación irresponsable y despreocupada.  Somos los distraídos, los que pensamos en el qué dirán y en el hoy. Nos preocupamos por las cosas más básicas y elementales posibles; la nostalgia de las vacaciones, los paseos con amigos y muchas otras nimiedades. Por eso, mientras los jóvenes vemos el vaso medio vacío, el resto de la sociedad lo ve medio lleno. Llevamos años siendo criados para tener la máxima exposición ante el mundo, y ahora debemos limitar al máximo nuestra vida social. Súbitamente, apareció el Coronavirus y debemos vivir encerrados. Confinamiento era una palabra desconocida. 


Leo y escucho constantemente en medios de comunicación que esta es la peor crisis que tenemos en décadas y no solo a nivel social y sanitario, sino que también llegará una fuerte recesión económica. Si eso es así, es hora de que encendamos ciertas alarmas y nos demos cuenta de la magnitud y la delicadeza del momento que atraviesa el mundo.


 En general, veo a la gran mayoría de la sociedad siendo responsable, pero, como dije anteriormente, me preocupan mis contemporáneos. Cuando se reportaron los primeros contagios de COVID-19 yo dudaba de la importancia del virus. Pero con cada caso, fui —como el resto del mundo— dándome cuenta de que sí se estaba convirtiendo en un problema y ante todo, que se nos estaba saliendo de las manos. A nivel internacional, vamos para 3 millones de contaminados y más de 200 mil muertes, y los jóvenes, los llamados ‘líderes del futuro’, seguimos siendo los más inconscientes y lejanos, como si esto no fuera con nosotros. 


He tenido tiempo durante la cuarentena para hablar con conocidos de mi edad y muchas de las conversaciones realmente me han sorprendido. Les pondré algunos ejemplos: ‘‘oiga, estoy muy triste porque no voy a poder ir a mi finca en unos meses. Tenaz, ¿no?’’, me dijo alguien hace unos días. Otro me dijo que estaba en “crisis existencial” porque se le dañaron las vacaciones de Semana Santa. Otro, incluso, me contó que estaba molesto porque no va a poder ver a la novia. Y yo me pregunto: ¿cómo es posible que estemos preocupándonos por semejantes banalidades en medio de un problema tan delicado como esta pandemia, cuando seremos los más afectados por las consecuencias a corto y largo plazo? La verdad es que tampoco sé a ciencia cierta qué me molesta más: si la falta de consciencia y responsabilidad que noto en sus preocupaciones y problemas —si es que se les puede llamar así—, o sus argumentos, como decir que los medios se han encargado de magnificar el asunto y de que para los jóvenes el virus es solo una “gripita”. 


Evolucionando del viejo AH1N1, el nuevo SARS-CoV-2 se acerca más a una neumonía y aunque puede ser menos grave para la juventud que para los adultos mayores, la falta de juicio y sensatez está pasando cuenta. Según el Instituto Nacional de Salud, el 22,15% de los casos en Colombia, se han reportado en personas entre 10-29 años.


Pensar que la pandemia del coronavirus es una insignificante crisis sanitaria es un error. Los cambios y consecuencias después de esta crisis serán fuertes y drásticos. Nuestra forma de vida cambiará. Se empezarán a implementar las clases virtuales y el ‘Teletrabajo’ de manera más constante. La sociedad se debe adaptar a un cambio que involucrará de manera definitiva a la tecnología. Nuestros hábitos de consumo también cambiarán; nosotros los jóvenes, a los que nos gusta ir a centros comerciales ya sea para comprar cosas o pasar  tiempo con amigos, estaremos más concentrados y le dedicaremos más tiempo a las compras online como consecuencia de la prevención y la paranoia que dejará la huella del Coronavirus incluso después del levantamiento de medidas. Adicionalmente, nos daremos cuenta de que la higiene sí es una prioridad para el gasto público y, en consecuencia, los Gobiernos invertirán más en la salud de sus ciudadanos para evitar los altos costos de las crisis sanitarias. Y más importante aún, la forma de relacionarnos cambiará. Estaremos un largo tiempo sin contacto físico derivado del miedo, y la tecnología y las redes sociales jugarán un papel aún más importante en nuestras vidas cotidianas.


También tendrá una fuerte influencia sobre las vidas de las nuevas generaciones. Muchos cambiarán su selección de carrera para involucrarse más en el mundo de la tecnología y trabajar con los nuevos caminos que el Coronavirus abre. Por eso aprovecho este espacio para hacerles una invitación. Y la invitación es a darnos cuenta de que la vida nos cambió. Para siempre. 

Fuentes:

  • https://www.elplural.com/sociedad/tasa-mortalidad-coronavirus-edad_233928102
  • https://www.bbc.com/mundo/noticias-52028901
  • https://www.bbc.com/mundo/noticias-51705060
  • https://elpais.com/economia/negocio/2020-04-11/asi-sera-la-economia-que-vendra-tras-la-pandemia.html
  • https://www.ins.gov.co/Paginas/Inicio.aspx
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