Opinión impopular: El silencio no es violencia, es neutralidad
Por: Alejandro Manrique del Castillo
Uno de los temas que más han llamado la atención en la última semana en redes sociales y noticieros es el caso de George Floyd, un afroamericano que fue abruptamente sofocado hasta morir por un policía. Este hecho no sólo generó repercusiones en contra de la fuerza policial sino que escaló a protestas en contra del racismo. Estas protestas que aglomeraron a una gran cantidad de personas hizo que las personas dejaran de pensar por un momento en el coronavirus e hiciéramos reflexiones sobre otro mal que tristemente tenemos en el mundo: el racismo. No obstante a lo importante que es luchar en contra de la discriminación racial, quiero en este breve espacio hablar de una de las frases que se utilizó en la protesta y que en mi opinión es completamente extremistas e ilógica: “White silence is violence” “El silencio (del) blanco es violencia”.
La frase busca llegar a las personas de raza blanca que tienen el privilegio de no ser segregados por su color de piel y que su silencio ante estas situaciones lamentables es violento. Pareciera entonces que los defensores de la protesta establecieran que todas las personas que apoyen estar en contra del racismo son pacíficos y los que no (especialmente la gente blanca) son violentos ¿Eso no es discriminante también? La frase de “todo blanco que no se exprese en contra del racismo es violento” en qué se diferencia con “todo el que sea de raza negra es inferior”. En ambas hay una generalización discriminatoria.
Por otro lado, hay otra pregunta que me surge: ¿están todas las personas obligadas a expresarse públicamente en contra del racismo? Y mi respuesta rotunda es no ¿por qué? Por dos razones, como primera medida hay que recalcar que todas las personas en el mundo tienen personalidades y formas de expresarse distintas y están en todo su derecho a estar en contra del racismo pero ejecutar sus pensamientos en el día a día y no saliendo a marchar o poniendo un post en una red social, el simple hecho de respetarlos y de verlos como un semejante ya es actuar en contra del racismo. Como segunda medida, muchas de las actitudes entorno a esta frase que crítico lo que buscan es hacer obligatorio el pensamiento que “deben los blancos expresarse en contra del racismo”, en cambio, pienso que cada persona es libre de apoyar todas las causas que existan y por el derecho de libertad que tenemos, nadie debería ser obligado a apoyar las diferentes manifestaciones. Este tipo de actitud la asocio cuando represivamente en el siglo XVIII y XIX era una constante que todos debían creer en la catolicismo e ir a misa ¿cuál sería la diferencia que a mi me obliguen a expresarme contra el racismo a que me obliguen a expresarme a favor del catolicismo? Algunos querrán responder “obligar a que las personas se expresen en contra del racismo está bien, en cambio, obligar a tener un tipo de religión está mal”, sin embargo, yo creo que lo que está mal es hacerlo una obligación, como se dijo antes, un derecho tan importante como la libertad no puede ser vulnerado por una presión social. Ser católico e ir en contra del racismo “está bien”, lo que “está mal” es que se pretenda obligar a las personas a actuar de determinada manera.
Las decisiones esenciales en temas cruciales permiten una actitud neutral efectivamente por el grado de importancia. Así como una persona puede votar en blanco por un candidato pero igual participar y creer en la política también otra podría ser neutral respecto a la manifestación del racismo pero igual creer que el racismo es algo no deseado y participar en contra de este de otras formas. La neutralidad también es necesaria y es todo menos violenta sino una forma de llegar a un punto medio: La mujer que no se declare feminista no significa que sea machista, puede que ella no se sienta identificada totalmente con algunas actitudes extremas de ambas corrientes y es completamente válido.
En conclusión, todo tipo de discriminación no es permitida hoy en día y que las personas se manifiesten en contra de esta es algo totalmente deseado. No obstante, esto nos significa que todas las personas están obligadas a manifestarse frente a esas situaciones y sobre todo llamarlas “violentas” cuando el silencio y la neutralidad nunca serán una manifestación de este tipo. Las revoluciones y las manifestaciones buscan ir en contra de una verdad absoluta y autoritaria, sin embargo, esa lucha no se puede convertir en lo mismo que buscan destruir: que sus ideas sean las únicas válidas y aceptadas para la sociedad. Sucediendo esto, nos veríamos en un reciclaje de revoluciones que sólo defenderían el ego y la soberbia de los líderes.
Uno de los temas que más han llamado la atención en la última semana en redes sociales y noticieros es el caso de George Floyd, un afroamericano que fue abruptamente sofocado hasta morir por un policía. Este hecho no sólo generó repercusiones en contra de la fuerza policial sino que escaló a protestas en contra del racismo. Estas protestas que aglomeraron a una gran cantidad de personas hizo que las personas dejaran de pensar por un momento en el coronavirus e hiciéramos reflexiones sobre otro mal que tristemente tenemos en el mundo: el racismo. No obstante a lo importante que es luchar en contra de la discriminación racial, quiero en este breve espacio hablar de una de las frases que se utilizó en la protesta y que en mi opinión es completamente extremistas e ilógica: “White silence is violence” “El silencio (del) blanco es violencia”.
La frase busca llegar a las personas de raza blanca que tienen el privilegio de no ser segregados por su color de piel y que su silencio ante estas situaciones lamentables es violento. Pareciera entonces que los defensores de la protesta establecieran que todas las personas que apoyen estar en contra del racismo son pacíficos y los que no (especialmente la gente blanca) son violentos ¿Eso no es discriminante también? La frase de “todo blanco que no se exprese en contra del racismo es violento” en qué se diferencia con “todo el que sea de raza negra es inferior”. En ambas hay una generalización discriminatoria.
Por otro lado, hay otra pregunta que me surge: ¿están todas las personas obligadas a expresarse públicamente en contra del racismo? Y mi respuesta rotunda es no ¿por qué? Por dos razones, como primera medida hay que recalcar que todas las personas en el mundo tienen personalidades y formas de expresarse distintas y están en todo su derecho a estar en contra del racismo pero ejecutar sus pensamientos en el día a día y no saliendo a marchar o poniendo un post en una red social, el simple hecho de respetarlos y de verlos como un semejante ya es actuar en contra del racismo. Como segunda medida, muchas de las actitudes entorno a esta frase que crítico lo que buscan es hacer obligatorio el pensamiento que “deben los blancos expresarse en contra del racismo”, en cambio, pienso que cada persona es libre de apoyar todas las causas que existan y por el derecho de libertad que tenemos, nadie debería ser obligado a apoyar las diferentes manifestaciones. Este tipo de actitud la asocio cuando represivamente en el siglo XVIII y XIX era una constante que todos debían creer en la catolicismo e ir a misa ¿cuál sería la diferencia que a mi me obliguen a expresarme contra el racismo a que me obliguen a expresarme a favor del catolicismo? Algunos querrán responder “obligar a que las personas se expresen en contra del racismo está bien, en cambio, obligar a tener un tipo de religión está mal”, sin embargo, yo creo que lo que está mal es hacerlo una obligación, como se dijo antes, un derecho tan importante como la libertad no puede ser vulnerado por una presión social. Ser católico e ir en contra del racismo “está bien”, lo que “está mal” es que se pretenda obligar a las personas a actuar de determinada manera.
Las decisiones esenciales en temas cruciales permiten una actitud neutral efectivamente por el grado de importancia. Así como una persona puede votar en blanco por un candidato pero igual participar y creer en la política también otra podría ser neutral respecto a la manifestación del racismo pero igual creer que el racismo es algo no deseado y participar en contra de este de otras formas. La neutralidad también es necesaria y es todo menos violenta sino una forma de llegar a un punto medio: La mujer que no se declare feminista no significa que sea machista, puede que ella no se sienta identificada totalmente con algunas actitudes extremas de ambas corrientes y es completamente válido.
En conclusión, todo tipo de discriminación no es permitida hoy en día y que las personas se manifiesten en contra de esta es algo totalmente deseado. No obstante, esto nos significa que todas las personas están obligadas a manifestarse frente a esas situaciones y sobre todo llamarlas “violentas” cuando el silencio y la neutralidad nunca serán una manifestación de este tipo. Las revoluciones y las manifestaciones buscan ir en contra de una verdad absoluta y autoritaria, sin embargo, esa lucha no se puede convertir en lo mismo que buscan destruir: que sus ideas sean las únicas válidas y aceptadas para la sociedad. Sucediendo esto, nos veríamos en un reciclaje de revoluciones que sólo defenderían el ego y la soberbia de los líderes.