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Radiografía literaria al Sagrado Corazón

Por: Paula Tavera 

Entre ríos de letras y paisajes a blanco y negro, los autores colombianos han destacado el tesoro del barco pirata que ha sido Colombia en narcotráfico y golpes de violencia a lo largo de la historia. Para nadie es sorpresa que la historia del país del Sagrado Corazón ha estado sumergida en lazos violentos que, desde la óptica periodística y literaria, transmitimos para vivir, creer, pensar y para que ello no muera al momento de nuestra muerte.

La literatura colombiana le ha apostado al reconocimiento de quienes han sido silenciados por la violencia y, en parte, a aquellos actores que han sembrado el horror en la vida de millones de colombianos. En la novela de José Eustasio Rivera, La vorágine, se destaca la vida de los caucheros y se denuncia la injusta explotación de indios y mestizos que fueron esclavizados en el infierno verde: la selva, en la fiebre del caucho, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La excelencia de esta obra recae en la fusión de ficción y realidad desde las perspectivas del periodismo, especialmente en la crónica, pues el autor tiene pupila de observador y logra captar con detalle al atónito lector frente a la naturaleza indómita. Rivera expone la violencia como una condición inherente a la humana, plasmando el drama del hombre moderno en querer ser dueño de su propio destino. Además, el lenguaje introduce la obra en el marco del realismo dado que, en la época de la historia, el hombre es protagonista y vanguardista; sin embargo, la mujer sigue atascada en lo pasivo y prudente. Para ello, el autor pone a la mujer y la selva en un mismo plano, refiriéndose a la fuerza y el misterio de esta última como una alegoría a lo desconocido y, así mismo, a la sexualidad femenina. Así, Rivera construye un fiel reflejo de cómo el hombre necesita de estos dos para ahondar en una reflexión de su propia consciencia. 

​Cada objeto tiene una incidencia particular, cuya apropiación por parte de los sujetos. a lo largo de la historia, permite la creación una variedad de cartas de identidad. Sin lugar a dudas, una misma realidad se puede estudiar desde distintas perspectivas que logran ser compatibles. Así, Colombia se ha estudiado, dentro de su agitada historia, desde un horizonte sociológico por autores modernos como el antioqueño Jorge Franco. En sus más icónicas obras como Rosario Tijeras; Paraíso Travel; El mundo de afuera; y la más reciente novela Un cielo a tiros, el autor introduce la violencia como un arte de la conducta humana. A partir de una cartografía de Medellín, tomada desde el visor de la violencia, se plasman dichas realidades. 

La literatura no se silencia y Franco es testigo de lo indispensable que es recordar el lugar donde se transmitieron esas verdades, pues tiene como resultado una rueda suelta en el comportamiento de los colombianos. Por ejemplo, en la novela Rosario Tijeras se evidencia la fascinación del escritor por el mundo femenino y lo complejo que le es crear una heroína llena de matices. Así, los personajes están comprometidos con el estilo y lo asumen hasta el final. El contexto turbio de la capital antioqueña es la inspiración para denunciar las clases sociales y el fuerte golpe del Cartel de Medellín a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Esto último refleja la transición de la época respecto al caos y confusión, frente a la ficción que Franco crea en su mar de letras denunciantes y reflexivas.  

Vivimos con el deseo de plasmar realidades y no dar lugar al olvido, ​y como ciudadanos —en mi caso, también, periodista en formación— nos es indispensable reconocer la literatura como testimonio de un tiempo y lugar en la construcción de memoria, pues la variedad de objetos propios de estos aportan a la formación de identidad de todo un país que actualmente se hunde en corrupción de toda índole. Por ello, se le debe apostar al reconocimiento de víctimas, así como al valor de las ciencias humanas en destapar las calderas ardientes del olvido. 

Bibliografía: 
Franco, J. (2014). El mundo de afuera. 
Rivera, J. E. (1924). La vorágine. 


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