28/1/2020 0 Comentarios Sólo sé que nada séEs difícil escribir una columna de opinión sintiendo que no tengo una opinión clara sobre nada. No me mal entiendan, siempre he sido una mujer segura de sí misma, y he construido mi vida y mi personalidad alrededor de mi intelecto, pero entre más pasa el tiempo y más cosas aprendo, más me doy cuenta de que en realidad no estoy segura de nada. Esta es la razón por la que me llamó tanto la atención una iniciativa como La Frontera, que busca, a través de la conversación y el debate, ayudar a mi generación a formar criterio.
Decidir el tema de este primer texto fue difícil, se imaginaran porqué. ¿Cómo se puede opinar si no se tiene certeza de aquello que se está diciendo? Esta pregunta me impidió escribir sobre temas que me apasionaban, hasta que me di cuenta de que en la vida nunca habrá información suficiente para formular opiniones únicas o llegar a verdades absolutas, porque estas cosas simplemente no existen. Los seres humanos somos dinámicos, cada día tenemos información nueva, y nuestras opiniones sobre cualquier cosa pueden cambiar drásticamente. Las opiniones únicas no existen porque el día de hoy podemos pensar en blanco y el día de mañana en negro, o gris, sin que uno sea más valioso o verdadero que otro. Pensé en dedicarle mi primera columna al movimiento feminista, escribiendo sobre la salud mental en una sociedad profundamente machista. Pensé en escribir sobre la hipocresía ambiental, sobre el mundo del arte, sobre la generación que no es ni millenial ni centennial, sólo para terminar escribiendo sobre por qué está bien no saber nada, y por qué el miedo a equivocarnos o a cambiar de opinión no debería bloquearnos ni hacernos zancadilla. “Sólo sé que nada se” es la frase perfecta para explicar lo que siento al momento de escribir esta columna. Muchas veces se ve la frase completa: “solo sé que no sé nada y, al saber que nada sé, algo sé”. En el libro Apología de Sócrates, Platón explica cómo la filosofía de Sócrates se basa en la admisión de su propia ignorancia, pues de ahí surge la sabiduría. Esto, debido a que permite tener una mente abierta al conocimiento y al aprendizaje, el que reconoce su ignorancia entiende que aún hay mucho por aprender, y está dispuesto a adquirir nuevos conocimientos. Es claro entonces que ésta reflexión no es una invitación a la mediocridad, no significa resignarse a la ignorancia. No se confundan, es todo lo contrario. Es una invitación al estudio, a que alimentemos constantemente nuestras mentes curiosas, a que no nos conformemos con la información que hemos adquirido y nos cerremos a la posibilidad de cambiar de opinión. Con esta columna no quiero invitarlos a hablar sin saber, sino a estar enterados siempre, y a nunca negarse a la posibilidad de enterarse de cosas nuevas cada día. Es bueno reconocer que no sabemos todo y cuestionar nuestras propias ideas, porque esto nos evita caer en el error del que se cree sabio. El que cree que todo lo sabe, opinará, hablará y creerá siempre que tiene la razón, cerrará su mente cada vez más y, entonces, se volverá el verdadero ignorante. A modo de conclusión, quiero invitarlos a todos a que celebren no saber nada, a que entiendan que su conocimiento no es absoluto y que aún hay muchas cosas por aprender. Quiero invitarlos a que tengan su mente abierta, estudien, investiguen, dialoguen. Nunca se conformen con un saber, con el conocimiento básico sobre algún tema. Acepten que no lo saben todo, porque es imposible saberlo, y nunca se dejen caer en el error de la mediocridad y la ignorancia de la propia ignorancia. Opinen sabiendo lo que saben ahora, pero no se cierren a la posibilidad de cambiar de opinión en el futuro. No le tengan miedo a cambiar de opinión, es más, alégrense cuando les pase, porque esa es la confirmación más clara de que están aprendiendo. Los seres humanos cambiamos, lo raro sería tener la misma opinión toda la vida. Con esto acabo mi primera columna de opinión, contándoles lo que encontré ser el primer paso para construir criterio, entender que no sabremos nada por el resto de nuestras vidas. Entender que lo único que sabremos es que no sabemos nada, y que eso está más que bien.
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AutorVioleta Brock |